jueves, 29 de octubre de 2009

FRABRIK LONDON!

Londres llegaba! Ese lunes, la expedición de españoles en Hastings había aumentado y al llegar el viernes parecía ser que nuestra ilusión de cambiar la rancia fiesta del pueblo donde vivimos por la aventura de Londres seria imposible. El día se presento gris y la lluvia nos acompaño todo el tiempo. Pero el tiempo no nos aguo nuestro deseo de querer cambiar de aires festivos.

A las 7:30 de la noche, obviamente ya cenados, nos encontrábamos cinco españoles y una francesa frente la estación de tren, cargados con bolsas repletas de diversas substancias bebibles y empapándonos de la lluvia mientras esperábamos la hora para subir al vagón que nos conduciría a Londres tras dos horas de viaje. En el momento exacto subimos para iniciar nuestro viaje. No obstante, debíamos pasar dos pruebas… la primera con los billetes (que bajo mi cargo y tras una magistral interpretación de haber perdido los billetes falsificados para que luego los tuviera que mirar rápido y se olvidara de nosotros) y la segunda, la de hacer botellón en un tren público sin recibir ninguna multa por ello ya que esta prohibido en todo UK.

Tras dos horas de botellón, de hablar de aquello que nuestros niveles de ingles mezclados con el alcohol nos permitieron, pedir una demostración de un “French Kiss” ya que los españoles no sabemos que eso y disfrutar de nuestro placentero viaje, nos dirigimos a pasar el segundo de los billetes para salir de la estación, el cual también pasamos con algo más de apuros.

Ya, nos encontrábamos en Londres, para algunos su primera vez y nos sentíamos importantes por ello, habíamos conseguido escapar del mugriento pueblo en el que nos encontramos para disponernos a vivir una apasionante fiesta en el Fabrik London. Ya todos apunto, nos disponemos antes de seguir con nuestra misión bebedora a desplazarnos en metro hacía las cercanías de la discoteca; vimos que la alternativa apoyada por nuestros pobres bolsillos de ir andando era imposible. En el camino, nos hicimos amigos de un grupo de franceses algo extraños y extremadamente elegantes que solo querían hablar con nosotros y abrazarnos… no se cuantas veces me abrazo un pavo por el simple hecho de ser de Barcelona.

Un vez allí, nos fuimos a seguir con nuestro propósito principal a esas horas de la noche (solo las 10:30 de la noche), beber. Nuestro primer intento fue fallido, beber en un parque privado de una zona residencial ultra pija al lado de dos jaguardas fue descartada en el mismo momento que nos amenazaron en llamar a la policía. Por lo que tuvimos que buscar una segunda opción y acabamos en una calle oscura y de mala muerte en la que seguro nadie se dio cuenta de que estábamos allí a no ser que oyeran los voceríos que pegábamos. En este segundo punto, fue donde un conversación entre una madrileña, una vasca y un catalán no nos llevo a ningún sitio tras pasar más de una hora discutiendo; aunque basarse en que los que utilizamos otras lenguas a parte del español somos unos egoístas… tampoco había mucha materia con la que razonar.

Tras toda la aventura, finalmente nos encontrábamos en la discoteca, apunto para entrar… un paraíso para nosotros… tres plantas de música y abierta hasta las 7 de la mañana, era como un viaje al olimpo comparado con las tristes fiestas hasta las 2 a las que estábamos acostumbrados. No obstante, también he de decirlo, la discoteca más rara en la que he entrado nunca… no me pidieron DNI ni PASAPORTE, repleto de niñas y niños menores muchos de ellos en chándal, pantalones cortos o paseándose sin camiseta. Regetton, Rap y Tecno mezclados en una misma discoteca.

Fernando desapareció, Lea necesitaba más espacio para moverse que todos nosotros juntos, Carlos bailo a la vez que dormía, Izaskun fue invitada a tomar algo y prefirió elegir agua, Laura se perdió al buscar los lavabos y apareció 3 plantas más arriba, Isabel cuido de la chaqueta de Fernando toda la noche y yo, lejos de Barcelona y en medio de ese caótico ambiente, me reencontré con un chico de Mà Oberta de Badalona que hacía 7 años que no veía. (quizás alguno lo conocéis; Marc Sanz).

Llegadas las 7 de la mañana, llego nuestro turno de vuelto, pero lo que nadie sabía, es que sería la vuelta más larga de la historia. Tras dormirnos en el metro y llegar a la estación del tren, descubrimos que estaban de obras y que los horarios previstos habían cambiado. Tuvimos que estar 1 hora y 30 minutos en la estación combinando gente muerta de hambre, con otros tirados en el suelo durmiendo mientras Fernando intentaba cazar palomas… realmente lamentable. Al llegar la hora de partida, tuvimos 3:45 de vuelta… contando dos cambios de 3 y un enlace en autobús. La verdad es que fue muy grande… y la combinación de los hiperactivos como Fernando con los que se dormían en todas partes como Carlos era muy graciosa.

Al llegar a Hastings, sin apenas mirarnos ni decirnos nada nos fuimos a nuestras casas para prepararnos para esa noche. Más fiesta nos esperaba. No obstante, algunos como Carlos o Izaskun durmieron 24 horas, otros las justas para salir esa misma noche yo preferí irme a almorzar y no dormir.

1 comentario:

  1. Qué fuerte encontrarte a Marc Sanz... yo me lo encontré haciendo el First, será cosa del inglés?? jejeje!!

    Espero que todo vaya genial wapete, te echamos de menos!!

    Un besito

    Clara

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