miércoles, 18 de noviembre de 2009

WEEKEND CAPA & A NIGHT

El viernes, después de 9 semanas consecutivas, volví a España después de llevar varios días sin ver el sol y muriéndome de frío. No obstante, no fue un simple viaje de placer para ver a amigos y familiares… fue un viaje a Madrid para arrancar motores de cara a MarCha 2010. La verdad, que un viaje para recordar buenos momentos del encuentro del año pasado, para reencontrar a ese pedazo de grupo que forma la CPA y para, aunque no directamente, volver a sentir mía la tarea de monitor.

El viaje, empezó bien y tras falsificar el billete de tren y estar dos horas viajando con el, esperar dos horas en el aeropuerto y viajar 3 horas con avión… legue a Madrid… solo con una hora de retraso ya que en España el avión tuvo que dar la vuelta y pasar por Bilbao y Salamanca por una ventisca de 200 km/h. Nuestro querido A. A. me vino a recoger en Barajas para hospedarme en la casa de acogida de Maristas en Ramón y Cajal. Allí, cene con Nerea y Ángel y después espere al resto tomando una cerveza con Fran… sobre las 00:40 de la noche ya nos encontrábamos todos (la presidenta Leyre, el pueblerino Subu, el maño Valde, la virus Nerea, el internacional Fran y yo) y los refrescos y cervezas fuero cayendo sin llegar a acabar las existencias pero casi.

El sábado, dio para mucho… empezando por frenéticas y apasionantes reuniones, tomas de decisiones, buena comida, bromas, palizas al buscaminas, videos de clásicos videos youtube… para acabar cenando en un exquisito restaurante en Alcalá… después de nueve meses volvía a beber Sangria y a probar un huevo frito… a todo ello sumándole chuletas, sesos, matanza, migas, callos,… Tras la gran cena pasamos un rato distendido en un bonito bar bastante oscuro donde me di cuenta que mis historias vividas eran demasiadas y no me daban tiempo a disfrutar de mi añorado mojito… la CPA y los dos hermanos no llegaron a disfrutar de sus bebidas absorbiéndolas sin apenas respiran mientras escuchaban mis anécdotas para finalmente pedir mi silencio para que bebiera y pudiéramos irnos. Solo eran las 2 de la mañana ( porqué en Madrid la CPA cumplía horario Ingles? No lo entendi!).

Al llegar el domingo, otra vez reunión matutina y tras comer directo para Hastings otra vez… directo, al viaje más largo del mundo. Tras llegar al aeropuerto, todo empezó a salir mal… en la fila que me puse para recoger el billete resulto haber 4 inglesas huevonas que no querían pagar el sobrepeso del equipaje; una vez pasado el control cambiaron 4 veces la “gate” y el pasaje no para de correr arriba y abajo; en el momento de embarcar y estar la fila de gente preparada para ello, después de 2 horas de retraso, las dos azafatas de vuelo empezaron a discutirse (creo yo que para crear una tesis) sobre si es mejor hacer las filas a la izquierda o a la derecha para recoger el billete; después de tardar una hora más en despegar y llegar a Gatwick no tuvimos sitio para dejar el avión y esperamos media hora en pista; al ira coger el tren las línea estaba en obras y el de las 20:19 estaba cancelado así que tuve que esperar hasta las 21:49 para coger el siguiente tren; el tren solo llegaba a Lewes por las obras así que tras una hora de viaje tuve que cambiar a un bus y viajar otra hora hasta Eastburn, en Eastburn esperar una hora y media para poder viajar otra hora más hasta Hastings.

Pero, finalmente pude llegar y aprovechar el lunes para descansar… lo que nos da paso directo al gran tarde / noche del martes.

Después de 3 estupidos test de reading, writing y listening… y después de pasar la clase de speaking and listening jugando al monopoly empoza la grana ventura.

Como cabeza pensante y ausente de distinguir entre que esta bien y que no, decidimos ir a casa del chico de Zaragoza y la chica de Bilbao para cortarme el pelo, después de decidir ser el primero en pasar por las múltiples manos que me cortaron el pelo, conseguí salir ileso de la hazaña sin más que una aptilla trasquilada y un pelo que se podría definir escalado por la holeada que tengo si no uso gomina. No obstante, fui el que salí más bien parado junto con las dos chicas que se dejaron cortar el flequillo. Carlos, acabo con el los laterales y la parte de atrás con distintos trasquilones y con una visión general de tener un corte de pelo de niño, por otra parte Guillermo tuvo que acabar rapado al dos y Fernando y Sam, después de sufrir un complot general, acabaron rapados completamente al cero.

Después del gran workshop de peluquería, nos presentamos todos los españoles y varios árabes a casa de otro árabe para cenar. La cena era solo para 5 personas pero acabamos apareciendo siete españoles, una danesa y nueve árabes para cenar en el suelo de una habitación pollo y arroz con las manos (el truco esta en mezclar el arroz y el pollo, cerrar bien fuerte el puño para hacer un bola contundente y metérselo en la boca mientras las restas de la mano las vuelves a lanzar en el plato comunitario) y cantar y bailar canciones típicas árabes mientras la abuela muy vieja y chochona propietaria del piso se encontraba en la habitación de al lado intentando dormir.

Tras 6 birras de las 12 que habíamos comprado, nos dirigimos a nuestro punto de encuentro y de fiesta en el Bar Blue… donde tras estar todos juntos, encontrarnos con los rusos y beber unas cuantas cervezas más… cerré el bar a las 3 de la mañana con Carlos y Laura.

miércoles, 4 de noviembre de 2009

FOOTBALL!

Como un mismo deporte, dependiendo del sitio y el momento puede cambiar tanto su concepto, su forma de entenderlo y la relación entre las personas. Después de la semana pasada no dejo de pensar…

… y hago memoria de cuando mi abuelo contaba sus batallitas de joven y nos relataba a mi y a mi hermano como un plazoleta en medio Barcelona se podía convertir en un terreno de juego utilizando únicamente 2 farolas como porterías. Recuerdo como Maradona acariciaba el balón en un entrenamiento previo al partido golpeando el balón al son de la música con el Nápoles o imagino a los jóvenes del Raval a los que entrené hace unos años disfrutando del balón en al calle mientras olvidan la basura que rodea el mundo...

… en Barcelona estuve jugando en un equipillo llamando “Toronja Rocket”, antes en un colegio y mucho antes en la playa los fines de semana con mi padre y mi hermano… desde entonces, hacia tiempo que no salía otra vez a la calle por el mero echo de divertirme jugando el fútbol. Coger un balón bajo el brazo y un par de botas en las manos y encontrarme con dos o tres amigos más para pasar el rato. No necesitamos mucho, no necesitamos ambientes agresivos, no necesitamos un arbitro carbón que interrumpa el juego, no necesitamos ser competitivos… cuatro mochilas mal puestas para construir dos porterías y una explanada verde para corretear por ella. Y es que en medio de la nada, en medio de un parque 2 españoles, un ruso y un árabe empiezan a tocar la pelota y de forma esporádica empieza a surgir…

… 4 ingleses se dirigen a nosotros a lo que se suman 2 de Libia y 4 de Angola ; de la nada aparece el clima perfecto para iniciar un partido improvisado, de aquellos típicos de barbacoa en los que acabas completamente agotado pero completamente también satisfecho.

Empiezas a montar las porterías mientras unos nos contamos a los otros de donde somos, que hacemos allí y que nos parece Hastings. Después, empieza el partido… todo el mundo conoce las reglas y no hace falta hacer de juez… hay respeto entre nosotros, no hay maldad en las jugadas y se ve una sonrisa en la cara de todos, no importa que haya empezado a llover o que empieza a hacer frió, los goles y las jugadas van surgiendo y se aplauden los goles bonitos de los rivales, se ve calidad en el entorno y todos disfrutamos… hemos conseguido desconectar del mundo y olvidar la noción del tiempo, dejar de estar atados por el reloj que nos pisa los talones. Cuatro horas y media después… casi sin luz y habiendo olvidado la hora de comer decidimos volver a casa completamente exhaustos.

El fútbol volvía a ser un deporte lúdico y sociable como en los viejos tiempos y las agujetas que tuve durante tres días me ayudaron a recordarlo!

Ahora, cada semana intentamos jugar dos partidos… el deporte me posee!